La necesidad del perdón
El orgullo, considerado en la cristiandad como uno de los siete pecados capitales, sería en este caso el contrario del perdón.
Uno impulsado por el amor a uno mismo y el desprecio por lo demás, el otro todo lo contrario, otorgado por el amor noble de una persona a sus semejantes y reconociendo que el error muchas veces cabe en la persona propia.
¿Qué se siente cuando se pide perdón?
No a caso el encuentro del hombre con el perdón es de lo más hermoso que se puede ver y sentir. Y no a caso las reacciones motivadas por el orgullo son las más destructivas de todo tipo de relaciones.
No nos tapemos los ojos, aunque cueste trabajo pedir perdón, la sensación posterior a la reconciliación está llena de poder y felicidad. Esa mezcla de paz, tranquilidad y satisfacción, que sólo puede comenzar con la voluntad de uno mismo.
Es algo que vale la pena vivir, ya que nos hace vivir conforme a nuestra propia naturaleza y que por lo tanto nos llena de felicidad.
2 Comments:
me ha parecido muy bueno tu texto, bn logrado, buena redacción, por parte de lo emocional esta muy inetresante. FELICIDADES.
Tu eres muy optimista me doy cuenta, la vida está tirada al traste, hoy en día la gente vive más de rencores que de perdones, es por eso que ahora muchas personas abandonan el sacramento de la penitencia para reconciliarse con Dios, y él y su amor, por mucho, supera al de cualquier hombre, la vida es una canallada.
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