Idealistas
Habiendo leído fragmentos importantes del libro de Francisco I Madero “La sucesión presidencial en 1910”, pude encontrar un idealismo puro, de una persona que en su momento se dio cuenta de la pésima actitud de un pueblo que había caído en la más dramática vergüenza al haber otorgado su libertad completa, una sociedad que entregando sus pensamientos y preceptos en busca de fines pragmáticos inundados de miedo y egoísmo cedían totalmente ante el yugo de un gobierno que avanzaba a costa de la dignidad de la persona.
Por otro lado, otro hombre puro de la revolución Emiliano Zapata, un individuo del pueblo de México que no luchaba para él y que aseguraba algo que le fue concedido “Prefiero morir esclavo de preceptos que esclavo de hombres”.
Es así que los modelos de gente idealista van por el camino del desprendimiento de si mismos por causas superiores, e incluso estar dispuesto a valorar la vida propia por debajo de intereses comunes a su entorno. Salvar a su gente, ayudar al mejoramiento de la patria, ideales inspirados en el amor del hombre por cosas más valiosas que ellos mismos. Como decía Kennedy “No te preguntes lo que puede hacer por ti tu país, pregúntate que puede hacer tú por tu país”.
Esta forma marca el único camino digno de ser transitado, la congruencia del hombre que encamina su propia razón de existir en el uso total de su libertad por el camino de la entrega, esa congruencia es la virtud que de la mano al amor hacen al hombre verdaderamente feliz.