Ex Inteligencia emocional

Caray me vi en la necesidad de modificar esto, porque ya sólo se trata de publicar lo que se me venga a la mente, la verdad la inteligencia emocional me sigue pareciendo interesante pero no es para tanto.

enero 17, 2007

Idealistas



Habiendo leído fragmentos importantes del libro de Francisco I Madero “La sucesión presidencial en 1910”, pude encontrar un idealismo puro, de una persona que en su momento se dio cuenta de la pésima actitud de un pueblo que había caído en la más dramática vergüenza al haber otorgado su libertad completa, una sociedad que entregando sus pensamientos y preceptos en busca de fines pragmáticos inundados de miedo y egoísmo cedían totalmente ante el yugo de un gobierno que avanzaba a costa de la dignidad de la persona.
Por otro lado, otro hombre puro de la revolución Emiliano Zapata, un individuo del pueblo de México que no luchaba para él y que aseguraba algo que le fue concedido “Prefiero morir esclavo de preceptos que esclavo de hombres”.

Es así que los modelos de gente idealista van por el camino del desprendimiento de si mismos por causas superiores, e incluso estar dispuesto a valorar la vida propia por debajo de intereses comunes a su entorno. Salvar a su gente, ayudar al mejoramiento de la patria, ideales inspirados en el amor del hombre por cosas más valiosas que ellos mismos. Como decía Kennedy “No te preguntes lo que puede hacer por ti tu país, pregúntate que puede hacer tú por tu país”.

Esta forma marca el único camino digno de ser transitado, la congruencia del hombre que encamina su propia razón de existir en el uso total de su libertad por el camino de la entrega, esa congruencia es la virtud que de la mano al amor hacen al hombre verdaderamente feliz.

La élite de la prepa

AIV es considerada como el sitio común en el que se deciden alojar la parte intelectual de los alumnos. Supuestamente está compuesta por gente al menos medianamente culta y de lo mejor que se pueda encontrar en cuestión de usar el coco.
Por supuesto nunca la práctica se acerca demasiado a la teoría.

Ahora una pequeña muestra de cómo se desenvuelve esa élite, en un día de examen de Historia de las Culturas:

Estudiante 1 – Vino Zagal a aplicarnos el examen.

Estudiante 2 – Nooo

Estudiante 3 - ¿Qué tiene de mal que halla venido Zagal?

E2 – Hay fulanito, sí vino Zagal no podemos copiar.

E3 - Aahh.

No quiero pasar por un exagerado que se asusta de todo y que no está de acuerdo con nada, sin embargo si deseo sostener mis pensamientos relativos a un acontecimiento tan usual. Si buscamos un cambio hay que emprenderlo nosotros, el ideal no se puede guardar con pragmatismo sereno. Si queremos vivir ostentando una verdad clara en el corazón habrá que luchar.

Somos jóvenes pero ya es hora

Sucedió que un día nuestro cuate el juez de derecho nos fue a dar una platiquilla sustituyendo la clase de ICEP. El estimado impartidor de justicia tico, trato de mover las fibras más sensibles de rebeldía en nuestra juventud, diciendo que el ideal vale más que cualquier sistema e invitándonos a no frenarnos por el temor a lo ya establecido. Dijo él: “No creen que tantos años de estudio desde la primaria y una carrera universitaria no son suficientes para formar un intelectual” “Cuando el rebelde cae en el sistema todo está perdido”. Sus comentarios causaron en mi una profunda reflexión acerca de que los ideales de cambio tienen que venir de gente sin experiencia de lo real, sin corrupción mental y que si decidimos por comodidad egoísta incrustarnos en lo ya establecido, estaremos cerrando los ojos y amarrándonos las manos ante los problemas y sus posibles cambios.
¡Ánimo! No podemos temer a vivir, no podemos rehusar a influir, tenemos nuestro futuro y la ayuda a nuestro entorno al alcance de la mano. Que el miedo no sea quien nos corte los sueños.
Verdad es que tenemos la vida por delante, o al menos la estadística dice eso, pero las actitudes que tomemos ahora justo cuando parece que todavía no somos importantes, son las que nos marcaran el resto de la vida.

Se nos fue Gino



El semestre pasado tuvimos la oportunidad de contar con un personaje simpático y poco común, Gino nuestro profesor de teología, por el carácter de la materia a muchos les valía gorro su clase, pero el pequeño Chesterton logró ganarse el afecto popular del salón, aun de la fabulosa tercera parte que según él es atea. Su personalidad chistosa y sus frases como “llégale”, “eres un frío pornógrafo”, “cuidado sería una herejía” o “eres un pequeño protestantillo”, comenzaron por cambiar la imagen del típico profesor de esa materia. Era un tipo que intentaba hacernos pensar y se reía con nosotros de lo patéticos que somos, sin duda se le extrañará, yo personalmente espero que halla emprendido la lucha por ser feliz, la cual a ratos parecía que había abandonado en el lugar donde estaba.

Cuando no llegan las musas

Últimamente he estado muy poco propenso al deseo de escribir, plasmar mis ideas y ver como se van convirtiendo en algo coherente, siempre he sostenido que para cualquier labor de tintes artísticas se requiere aunque sea algo de inspiración y no me agrada forzarme a hacer las cosas que deben nacer del alma, sin embargo llevo tanto ya sin una visita de las musas que decidí arrancar, a pesar de mi esfuerzo iba a volver a desistir pero antes de apagar la computadora vi un comentario anónimo en mi blog diciendo “Ya pon algo nuevo, un saludo”, el hecho en sí me dio un poco de motivación, ya que si hay alguien por ahí que quiere conocer algo más de mi forma de pensar, considero egoísta no intentar algo. A pesar de eso debo reconocer que de no haber sido anónimo el comentario no hubiese hecho nada, me hubiera limitado a darle un sape al tipo la próxima vez que lo viera, diciéndole “no presiones mi inspiración”, pero la inspiración creo también nace del deseo de saciar algo, aunque sea sólo un comentario como el que me dejaron; además creo de que toda persona debe compartir su vida con los demás para sentirse útil y feliz, así que esta pequeña publicación es pal diablazo que me dejó ese anónimo. Un saludo igualmente, a y si ves una musa por ahí dile que la espero.